PARTE VI :La Inalterabilidad del Corán
Los objetivos
instructivos de esta parte son:
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Capítulo Primero
Introducción.
La gran importancia ofrecida a este tema por
parte de la Shî‘ah.
La definición
de “Tahrîf”.
El “Tahrîf”
en la terminología.
1.
La alteración semántica del Corán (tahrîf-ul ma’nawî).
2. La alteración textual (tahrîful lafdzî).
Conclusión:
Capítulo Segundo
Conclusión:
Capítulo Tercero
Primero: La argumentación coránica; como la aleya de “Hifdz
(La custodia)” y la aleya de “La ausencia de lo Bâtil (la falsedad)”.
Segundo: La
argumentación a través de la tradición.
Tercero: La
argumentación racional (‘aqlî).
Cuarto:
Análisis histórico.
Quinto: Los métodos especiales y exclusivos del
Corán al crear inmunidad para sí mismo.
Conclusión:
Capítulo Cuarto
Las doce
dudas.
Conclusión:
Preguntas:
Los objetivos
instructivos de esta parte son:
1.
Conocer
la posición y lugar del tema de la “alteración” en los temáticos referentes a
la historia del Corán.
2.
Familiarización
con las diferentes clases de alteración.
3.
Estudio
de la opinión de los sabios de ambas escuelas islámicas en cuanto a la
“alteración”.
4.
Comprobación
de la inalterabilidad del Corán desde diversos ángulos a través de numerosos
argumentos.
5.
Transmisión
y crítica a las dudas presentadas en cuanto al tema.
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Al-Baîân fi Tafsîr Al-Qur’ân, Âîatul·lah Jû’î; Al-Mîzân fi
Tafsîr Al-Qur’ân, t.12, ‘Al·lâmah Tabâtabâî; Haqâ’iq
Hammah Haûlal Qur’ân Al-Karîm, Seîîed Ÿa‘far Murtadâ; Sîânat-ul
Qur’ân min At-Tahrîf, Muhammad Hâdî Ma‘rifat; Qur’ân
Paÿûhî, Bahâ’ Ad-Dîn Jurramshâhî; Madjal At-Tafsîr, Âîatul·lah Fâdil;
Ukdhûbah Tahrîf Al-Qur’ân, Rasûl Ÿa‘farîân.
Capítulo Primero
Introducción.
De entre los temáticos referentes a la historia del Corán, se halla la
idea de la inalterabilidad de éste. Los Libros Celestiales pre-islámicos
padecieron alteraciones y tergiversaciones en diferentes grados, debilitando la
confianza y creencia de los conocimientos existentes en ellos. El Islam, como
la última, más perfecta y mejor religión Divina, abarca leyes que garantizan la
elevación y perfección material y espiritual del ser humano, siendo el Generoso
Corán su fuente más genuina y eterna.
La tergiversación de los Libros Celestiales anteriores, aunque ha
abierto el camino para alterar las bases y fundamentos de las religiones
Divinas, no obstante, esta pérdida fue compensada por la evolución gradual de
las leyes Divinas y el reemplazo de las legislaciones celestiales una tras
otra. ¿Acaso el Generoso Corán en su historia llena de altibajos se enfrentó a
un suceso tal, y las manos de la alteración han podido tocarlo, o, por el
contrario, sin ningún cambio atravesó los años incólumemente, otorgándole un
nuevo honor a sus honores?
La razón por la que adelantamos este tema al tema de la “condición
milagrosa del Corán” es su relación con los temáticos de la historia del Corán[1],
aunque el orden lógico exigía estudiar primeramente el tema de la condición
milagrosa del Corán, luego este tema.
La condición “histórica” del tema de la
alteración se debe a que el surgimiento de una variación solo podía ser
probable en un tramo específico de la historia del Islam: el período desde el
fallecimiento del Profeta hasta la recopilación de los ejemplares en la época
de ‘Uzmân y la elaboración de los cinco o siete ejemplares (aproximadamente el
año trigésimo de la Hégira). Desde esa época hasta principios del siglo IV, es
decir, la etapa de la restricción de las lecturas en siete a manos de Ibn
Muÿâhid, desde ese momento en adelante nadie jamás alegó respecto a alguna
alteración, y el que ello ocurra en la época contemporánea es totalmente
improbable.
La gran importancia ofrecida a este tema por
parte de la Shî‘ah.
Aparte de la importancia que posee este tema en el terreno de la
santidad y autenticidad del Corán, los musulmanes seguidores de la escuela de
Ahlul Baît prestan una especial atención a esta cuestión. Los seguidores de la
Shî‘ah que tienen la más firme creencia en cuanto a que el Corán nunca fue
alterado, y actualmente son los abanderados de los brillantes mandatos
coránicos y acérrimos defensores de la santidad del Corán y el Islam en el
mundo[2],
fueron acusados injusta y vilmente de creer en la alteración del Corán. Estas
calumnias desde lejanas épocas hasta hoy día, fueron tan divulgadas que muchos
de los hermanos de la Escuela Sunnah lo han considerado de entre las creencias
aceptadas por la escuela Shî‘ah. La atribución de esta calumnia infundamentada
por un pequeño grupo de mal intencionados, tiene como objetivo presentar una
imagen repulsiva del brillante rostro de la Shî‘ah para los demás musulmanes, y
poner en peligro la unión de la Comunidad Islámica.
La definición
de “Tahrîf”.
Az·harî manifiesta:
حَرفَ عن الشيء حَرْفاً وانْحَرفَ و
تحرَّفَ و اِحْرورَفَ
Harafa ‘anish
shaîî’ harfan wan-harafa wa taharrafa wa ihraûrafa:
“Se desvió de algo”. Este verbo (desviar) presenta también las formas
harafa, taharrafa, e ihraûrafa (todas usadas
para significar el harf o
“desvío”).
Todos utilizan el
vocablo con estas diferentes derivaciones morfológicas con el significado de
desviarse de algo.[3]
El “harf” de cada cosa es su extremo o costado.[4]
Según lo expuesto por Râgib Isfahânî en su obra Mufradât, el “tahrîf”
(alteración, tergiversación) de una cosa es torcerlo....[5]
“Tahrîf al-kalâm” (alteración de las palabras) significa
ponerlas en una situación tal que puedan ser definidas de dos formas. En otras
palabras, tahrîf al-kalâm significa el traslado del significado
de las palabras desde su posición original a un significado que no era el que
se pretendía. Como ejemplo: cuando el Corán dice:
﴿ مِنَ الَّذِينَ هَادُوا يُحَرِّفُونَ الْكَلِمَ عَن مَواضِعِهِ ﴾
minal ladhîna hâdû îuharrifûnal kalima ‘an mawâdi‘ihi
«Algunos de los que practican el judaísmo alteran
las palabras de su posición»[6], se refiere a eso mismo.
En términos más claros, el tahrîf en casos como éstos
quiere decir la alteración y cambio del significado de las palabras, así como
la explicación e interpretación de las palabras a un significado que no es el
verdadero. Con esta definición cada cual que interprete el Corán en una forma que
no lo es, en verdad lo ha alterado; de la misma forma que un grupo de judíos
procedía en cuanto a su Libro Sagrado.
El “Tahrîf”
en la terminología.
El “Tahrîf” desde el aspecto terminológico, a diferencia
de “tahrîf” desde el aspecto lingüístico –que significa
intervenir y cambiar el significado de la palabra- se refiere únicamente a la
alteración literal o verbal de las palabras coránicas. En otras palabras, este
vocablo en forma terminológica se refiere a la alteración de las palabras,
mientras que el mismo vocablo lingüísticamente se refiere a la alteración en la
semántica de las palabras. Por lo tanto, podemos afirmar que el Corán no ha
utilizado este vocablo excepto en su significado lingüístico. No obstante, el
núcleo de los temáticos de la inalterabilidad del Corán tiene que ver con la
alteración en las palabras, o sea, su uso terminológico.
1.
La alteración semántica del Corán (tahrîf-ul ma’nawî).
Aunque el Corán no ha utilizado el término de tahrîf en
este caso, empero en la aleya 7 del Sûra Âli ‘Imrân dice en cuanto a las
aleyas alegóricas:
﴿ فَأَمَّا
الَّذِينَ فِي قُلُوبِهِمْ زَيْغٌ فَيَتَّبِعُونَ مَا تَشَابَهَ مِنْهُ ابْتِغَآءَ
الْفِتْنَةِ وَابْتِغَآءَ تَأْوِيلِهِ ﴾
fa ammal
ladhîna fî qulûbihim zaîgun faîattabi‘ûna mâ tashâbaha minhubtigâ’al
fitnati wabtigâ’a ta’wîlihi
«Pero aquellos cuyos corazones albergan el desvío
siguen lo que es alegórico del mismo, procurando la sedición, y procurando su
(capciosa) interpretación».
Esta aleya textualmente anuncia que algunos que se encuentran en busca
de sediciones utilizan las aleyas alegóricas para dar una falsa interpretación.
No existe ninguna duda en cuanto a la alteración semántica del Corán,
ya que interpretar las aleyas coránicas según la opinión personal es esa misma
alteración semántica que ha sucedido repetidas veces. En la historia de la interpretación
Coránica han surgido escuelas ideológicas y grupos, siendo el origen principal
de su aparición su errónea interpretación de las aleyas coránicas, como los Mufawwidah
(los que sostienen la delegación absoluta de las acciones a los humanos), los Muÿassimah
(los que corporizan a Dios), etc.
Las narraciones también, al mismo tiempo que dejan en claro la
existencia de tales alteraciones, critican enérgicamente a los que realizan
ello. En un dicho del Imâm Al-Bâqir (P) vemos:
وكان من
نبذهم الكتاب أن أقاموا حروفه وحرفوا حدوده، فهم يرونه ولا يرعونه، والجهال يعجبهم
حفظهم للرواية، والعلماء يحزنهم تركهم للرعاية
Wa kâna min nabdhihimul kitâba an aqâmû hurûfahu
wa harrafû hududah, fahum îarawnahu wa lâ îr‘aûnahu wal ÿuhhâlu
îu‘ÿibuhum hifdzuhum lir-rawâîah wal ‘ulamâ’ îahzunuhum tarkuhum
lir-ri‘âîati....[7]
Parte de su
abandono del Libro consiste en que ellos respetan sus letras y alteran su
contenido. ¡Ellos transmiten el Libro pero no lo acatan! A los ignorantes les
asombra su memorización de las narraciones, y a los sabios les entristece
observar cómo dejan de lado su acatamiento.
2. La alteración textual (tahrîful lafdzî).
A) Ninguno de los musulmanes cree en la existencia de una alteración
textual del Corán por la añadidura de una palabra o aleyas al Generoso Corán.
Esto es rechazado y negado categóricamente por ambas Escuelas Islámicas.
El argumento racional también lo corrobora ya que la extraordinaria
importancia que daban los musulmanes a la memorización, aprendizaje y
recitación del Corán en su medio ambiente, creó una situación en la cual todos
estaban familiarizados con las aleyas reveladas. Entonces si una frase o frases
se hubiesen añadido como aleyas coránicas, todos se hubiesen dado cuenta y la
rechazarían.
B) La alteración textual del Corán en forma de la sustracción de un
término, frase, aleya o sura, es nuestro principal tema de discusión. Aunque
algunos de los hermanos de la Escuela Sunnah y también el grupo Ajbârîûn
de la Escuela Shî‘ah, hablan de este tipo de tahrîf, sin embargo,
la Shî‘ah lo rechaza categóricamente, tema que será desarrollado más adelante.
En conclusión, respecto a la alteración textual, el tema de discusión
entre quienes aceptan o rechazan este tipo de alteración, se limita a “la
alteración por sustracción” (tahrîf bin naqîsah).
Conclusión:
1. La
inalterabilidad del Corán pertenece a la serie de temas concernientes a la
historia del Corán, y se relaciona a la época posterior al fallecimiento del
Profeta (BP) hasta el período de la recopilación de los ejemplares coránicos en
la época de ‘Uzmân, y desde ese entonces hasta principios del siglo IV, esto
es, el período de la circunscripción de las lecturas en siete.
2. La
alteración de las palabras (tahrîf kalâm) significa su variación
y cambio de su contenido, así como su interpretación en forma incorrecta.
3. La
expresión: iuharrifunal kalima que ha sido empleada en el
Sagrado Corán cuatro veces, en cada oportunidad tiene que ver con el
significado lingüístico de la misma, (es decir, se refiere al tahrîful
ma’nawî o alteración semántica).
4. El Tahrîf
desde el aspecto terminológico es específico de la alteración textual, es
decir, añadir o sustraer palabras o aleyas coránicas, y este mismo es el punto
en discusión.
5. Los tipos
de alteración textual son: por sustracción (tahrîf bin naqîsah)
o por añadidura (tahrîf biz zîâdah).
6. La
existencia de la alteración semántica es indiscutible; de la misma manera, es
una opinión unánime de los sabios que no existió alteración por añadidura,
siendo el único punto de discusión y debate, la alteración por sustracción.
Capítulo Segundo
Lo famoso y conocido entre los sabios musulmanes –de ambas escuelas-
es que la alteración por sustracción tampoco ha sucedido con el texto del
Corán; por lo tanto el Corán que se encuentra en nuestras manos es exactamente
el mismo Corán revelado al Profeta (BP). El estudio de las opiniones de grandes
personalidades de la Escuela Shî‘ah, tanto antiguas como contemporáneas,
atestiguan esta realidad.
Abûl Qâsim ‘Alî Ibn Husaîn Mûsawî, conocido como Seîîed Murtadâ
y ‘Alamul Hudâ (f.436 d.H.), jurisconsulto, exegeta del Corán, teólogo,
literato, poeta y líder de los seguidores de Ahlul Baît luego del Shaîj Mufîd,
argumenta:
El conocimiento en cuanto a la fiabilidad del
Corán es como el conocimiento en cuanto a la existencia de las ciudades,
sucesos y grandes acontecimientos, así como de los grandes libros recopilados
por los árabes; y la importancia y motivación para transmitir y memorizar el
Generoso Corán era tan elevada e inigualable que no existió tal importancia en
cuanto al resto de los casos mencionados, puesto que el Corán era un milagro de
la Profecía y una fuente para las Ciencias de la Legislación y los Mandatos
Religiosos, y los sabios musulmanes han hecho sus máximos esfuerzos para
protegerlo y resguardarlo, a tal punto que han aprendido todo lo referente a
las diferencias en el Corán desde el punto de vista de la vocalización,
lectura, letras y aleyas. Ahora ¿cómo es posible que se sucediese alguna alteración
o sustracción en él?...[8]
El profesor Muhammad Hâdî Ma’rifat, menciona la opinión
de más de veinte personalidades de la Shî‘ah respecto a la inalterabilidad del
Corán.
De entre los sabios contemporáneos, señala también la opinión exacta
de grandes sabios como ‘Al·lâmah Tabâtabâî, Âîatul·lah Jû’î e
Imâm Jomeînî.[9]
Los grandes expertos y compiladores del Hadîz de la
escuela Shî‘ah desde el primero de ellos, es decir, el Shaîj As-Sadûq
hasta los últimos como el Shaîj Hurr Al-‘Âmilî y Mul·lâ Muhsin Faîd
Al-Kâshânî, todos han rechazado la probabilidad de alguna alteración en el
Corán. Por supuesto, la idea de poder haberse producido un tahrîf
o alteración, ha sido planteada por parte de un pequeño grupo ingenuo y
crédulo, los Ajbârîûn, con el fin de rechazar la condición de “prueba de
valor” (huÿÿah) de los sentidos aparentes (dzawâhir) del
Corán. El Seîied Ni‘matul·lah Yazâ’îrî (1050-1112 d.H.) fue el
pionero de este grupo y quien concibió la idea de la alteración basándose en
algunas narraciones insólitas y raras. Su libro titulado Al-Anwâr
An-Nu‘mâniîah está repleto de narraciones y fábulas extraordinarias y
supersticiosas, que no se encuentran en ningún otro libro de los sabios shîas.
Este libro fue la fuente principal de la versión de la alteración y el Haÿÿ
Shaîj Mîrzâ Husaîn Nûrî (1254-1320 d.H.) en su obra Faslul
Jitâb fi Tahrîfi Kitâbi Rabbil Arbâb, se basó en el mismo.[10]
Cabe preguntar: ¿Acaso se puede atribuir a toda una escuela y
tendencia la opinión personal de un individuo o individuos, mientras que el
gran conjunto de los sabios exegetas e investigadores de esa escuela, desde el
comienzo hasta el día de hoy se han alzado abiertamente en su contra? ¿Qué
buscan con sus difusiones envenenadoras aquellos que, utilizando tales
opiniones débiles y carentes de fundamentos, cierran sus ojos y oídos ante la
santidad y elevada jerarquía que ocupa el Corán entre los Shî‘ah?[11]
Hoy día el Corán, como eje de la unidad islámica y estatuto del Islam,
puede únicamente representar su papel orientador cuando no exista ninguna
vacilación en su documentación; y aquellos que persiguen debilitar a la Escuela
de Ahlul Baît y se dedican a la divulgación de tales mentiras en cuanto a la
santificada posición del Corán, consciente o inconscientemente se ocupan en
debilitar y desacreditar al Corán mismo.
Conclusión:
1.
Los grandes expertos en tradiciones, desde Sadûq hasta Faîd
Al-Kâshânî, todos negaron hasta la mínima probabilidad de alteración en el
Corán.
2.
La hipótesis
de un pequeño grupo, los Ajbârîûn de la Shi’ah, y un grupo de la escuela
Sunnah, respecto a la alteración del Corán, no merece ser mencionada ni tomada
en cuenta en comparación a la categórica opinión de los sabios y expertos del
Corán de ambas escuelas referente a la inmunidad del Corán frente a la alteración.
3. A
pesar de la clara opinión de las grandes personalidades de la Shî‘ah desde el
siglo IV d.H. hasta la actualidad, la compilación de dos obras: Al-Anwâr
An-Nu‘mâniîah de Seîied Ni‘matul·lah Ÿazâ’îrî y Faslul
Jitâb fi Tahrîfi Kitâbi Rabbil Arbâb de Mîrzâ Husaîn
Nûrî, son un punto de partida en la historia del tema del “tahrîf”,
de tal modo que documentándose en estos dos libros se han levantado las peores
calumnias en contra de la Shî’ah.
Capítulo Tercero
Existen numerosos argumentos en cuanto a la inalterabilidad del Corán.
A continuación presentaremos algunos de ellos:
Primero: La argumentación coránica; como la aleya de “Hifdz
(La custodia)” y la aleya de “La ausencia de lo Bâtil (la falsedad)”.
﴿ إِنَّا نَحْنُ نَزَّلْنَا الذِّكْرَ وَإِنَّا لَهُ لَحَافِظُونَ
﴾
Innâ nahnu nazzalna adh-dhikra wa innâ lahu lahâfidzûn
﴿ وَإِنَّهُ لَكِتَابٌ عَزِيزٌ * لاَ
يَأْتِيهِ الْبَاطِلُ مِن بَيْنِ يَدَيْهِ وَلاَ مِنْ خَلْفِهِ ﴾
Wa innahu
lakitâbun ‘azîzun, lâ îa’tîhil bâtilu min baîni îadaîhi wa
lâ min jalfihi.
«¡Es un Libro majestuoso; no le alcanza la falsedad en ningún aspecto
(lit. “ni por delante ni por detrás”)!».[13]
El Corán en ambas aleyas mencionadas habla de su propia indemnidad a
través de frases tranquilizadoras, claras y colmadas de elementos de énfasis
que se incluyen para expresar esta importante y eterna verdad. (Estos elementos
son: la forma de la construcción de la frase que inicia con un nombre –y no con
un verbo-; el uso de la partícula enfática [إنَّ] -
“inna” (ciertamente que); el uso del pronombre independiente [نحن] - “nahnu” (nosotros) (siendo que la conjugación
ya indicaba la primera persona del plural); y el empleo de la [ل] - “lâm” enfática).
Así mismo la aleya de la Sura Fussilat también con total
categoría y firmeza plantea la cuestión de inmunidad e inalterabilidad del
Corán.
‘Azîz proviene de la raíz ‘izzât que
significa “solidez”. Naturalmente tiene numerosos casos de empleo. En la lengua
árabe cualquier cosa que no sea influenciada por un factor externo es
denominada ‘azîz. El Corán es ‘azîz,
es decir, que es un Libro fuerte e impenetrable que no se deja influenciar ni
es sometido por otro factor. Las siguientes frases en la misma aleya dan una
mayor explicación: «¡… no
le alcanza la falsedad en ningún aspecto (lit. “ni por delante ni por detrás”)!». Esta expresión quiere decir que de ninguna
forma lo falso tiene camino hacia el Corán y en realidad el Corán tiene un
estado de protección frente a lo falso (bâtil). Sus aleyas y
frases son tan fuertes, sólidas y estables que tornan estéril cualquier
influencia de lo falso en sí mismas.
La existencia de alteración y cambio, ya fuese por añadidura o
sustracción, sería un ejemplo de bâtil. Entonces negar la
falsedad es negar cualquier tipo de variación y tergiversación. Por lo tanto
esta aleya rechaza cualquier alteración de añadidura o merma en el texto
coránico.
Aquí surge una objeción: el uso de estas aleyas para argumentar la
inalterabilidad del Corán, sólo puede ser correcta cuando estuviésemos seguros
de que estas dos aleyas pertenecen al Corán. Pero ¿cómo podemos estar seguros
de que estas dos aleyas no fuesen de las aleyas alteradas? Como respuesta
diremos que: en primer lugar ninguno de nuestros opositores en el tema de tahrîf
(es decir, quienes sostienen la existencia de alteración) considera la
alteración por añadidura; entonces, la inexistencia de cualquier agregado en el
Corán es una opinión unánime (por lo tanto llegamos a la conclusión de que
estas dos pertenecen al Corán).
En segundo lugar: las aleyas de tahaddî[14]
en el Corán, nos brindan la seguridad de que el ejemplar que está
actualmente a nuestro alcance es el mismo Corán revelado por parte de Dios, ya
que es imposible traer algo semejante. Aunque a través de las aleyas de tahaddî
no se puede afirmar la alteración en su aspecto de merma de alguna palabra
en el Corán, pero puede afirmarse que nada ha sido añadido a este Libro;
entonces ambas aleyas en cuestión quedan protegidas de la probabilidad de
cualquier alteración. Luego de comprobar estas dos aleyas también se comprueba
la falta de cualquier tipo de exclusión en el Corán a través de su claro y
evidente contenido.
Dios, a través de Sus
Favores, prometió a Mustafâ (el Profeta-BP-)
Que, aunque tú fallezcas, esto no morirá,
Yo Soy protector de tu Libro y milagro
Y Soy quien aleja del Corán cualquier mano alteradora
Yo elevo tu rango en los dos mundos
Y alejo de tus dichos a los opresores
Nadie podrá cambiarlo agregando o mermando
No busques otro protector, luego, más que Yo.
El Corán es para ti como el báculo (de Moisés)
Que devorará las incredulidades al igual que una serpiente.
- Maûlawî -
Segundo: La
argumentación a través de la tradición.
A) El hadîz mutawâtir de Zaqalaîn que ha
sido transmitido por ambas escuelas.[15]
Este dicho, en cuyas numerosas transmisiones solo se observa una mínima
diferencia literal, expresa tres puntos claramente:
El Profeta (BP) dijo:
Primero:
إِنّي تارِكٌ فيكم الثّقلين كتاب اللهِ و عترتي ؛
Innî târikun
fîkum az-zaqalaîn Kitâbal·lâhi wa ‘Itratî
“Ciertamente
que dejo entre vosotros dos cosas muy preciadas: El Libro de Dios y mi
Familia”.
Segundo:
ما إِنْ تمسَّكْتُم
بهما لَنْ تضِلُّوا ؛
Mâ
‘in tamassaktum bihimâ lan tadil·lû
“Mientras os aferréis a ambos no os extraviaréis”.
Tercero:
و إِنّهما لن يفترقا
حتّى يَرِدا عليَّ الحوض ؛
Wa innahumâ lan îftariqâ hattâ îaridâ ‘alaîîal Haûd
“Y
ciertamente que no se separarán hasta que vuelvan a mí junto a la Fuente (de Kaûzar,
en el Paraíso).
Este dicho es un perfecto y categórico testimonio de la
inalterabilidad del Corán. Anuncia textualmente que el Corán está protegido
para siempre y hasta el día del Juicio, ya que si el Corán fuese alterado, no
habría posibilidad de aferrarse ni al Corán ni a la ‘Itrah (Ahlul Baît,
la familia del Profeta) ya que la ‘Itrah separada del Corán no es
reconocida como una prueba independiente. Si existiese la ‘Itrah pero no
el Corán, significaría la separación de ésta del Corán, mientras que el Hadîz
de Zaqalaîn afirma que estos dos jamás se separarán el uno del otro. Con
esta explicación, extraída del Hadîz de Zaqalaîn, queda
esclarecido que creer en que cada uno, el Corán y la ‘Itrah, conforman
pruebas independientes, es una idea refutada –aunque haya sido planteada por
algunas personalidades-[16],
ya que un estudio de este dicho demuestra que tanto el Libro como la sunnah
(tradición –lo narrado por el Noble Profeta y su familia-), en un aspecto
dependen y necesitan uno del otro, al punto que si uno de estos dos fuese
alterado y eliminado, el otro también lo sería.
El Corán, que es el Ziql Al-Akbar (el mayor objeto valioso y
preciado) –si bien en origen su condición de prueba de valor es esencial y
propia-, necesita de la tradición para la explicación y desarrollo de sus
principios y contenido; y la tradición y los dichos, como Ziql Al-Asgar
(el objeto preciado y valioso menor), en origen necesitan del Corán para su
consideración y legitimidad.[17]
En realidad, el Corán y la ‘Itrah son como una sola prueba y
argumento unido y combinado, de tal modo que se perfeccionan mutuamente y no es
lógico aferrarse a uno sin haberse aferrado al otro. Si tanto el Corán como la
tradición hubiesen sido dos pruebas y argumentos independientes, habría
existido la posibilidad de aferrarse a uno en la ausencia del otro, pero el
Profeta (BP) ha dicho: “Mientras os aferréis a ambos, no os desviaréis”.
B) Los dichos transmitidos de parte de nuestros Imâmes (P), nos
recomiendan aferrarnos al Corán[18]
en los sucesos y discrepancias que acontezcan durante nuestra vida, y presentan
al Corán como un refugio seguro. Ahora, si un libro no fuese protegido frente
al daño de las discrepancias, ¿cómo puede éste proteger a los demás frente a
tales daños?
C) Otro argumento existente en cuanto a la inalterabilidad del Corán son
los dichos que contienen lo siguiente::
ما وافق كتاب الله فخذوه وما خالف كتاب الله فردوه
mâ wâfaqa kitâbal·lahi fajudhûhu wa mâ jâlafa
kitâbal·lahi faruddûhu.[19]
“(Todo lo que os llegue de nuestra parte,
comparadlo con el Corán). Todo lo que coincida con el Libro de Dios, tomadlo, y
todo lo que se oponga al Libro de Dios, apartadlo”.
Así también han
dicho:
وكل حديث لا يوافق
كتاب الله فهو زخرف
wa kul·lu hadîzin lâ îuwâfiqu
kitâbal·lahi fahûa zujrufun[20]
“Cualquier palabra y dicho que no concuerde
con el Libro de Dios es falso”.
ó:
ما لم يوافق من حديث
القرآن فهو زخرف
Mâ lam
îuwâfiq minal hadîzil Qur’âna fahuwa zujruf[21].
“Aquello que del
hadiz no concuerde con el Libro de Dios es falso”.
También existen expresiones cercanas a las mencionadas, de modo que el
conjunto de estos dichos ocupan el grado de istifâdah (dicho
expresado reiteradamente por los Imâmes y relatado por muchas vías). Aquí
señalamos otro ejemplo:
Dijo el Enviado de Dios (BP):
إن على كل حق حقيقة، وعلى كل صواب نورا، فما وافق كتاب الله
فخذوه، وما خالف كتاب الله فدعوه
Inna ‘alâ kul·li haqqin haqîqatan
wa ‘alâ kul·li sawâbin nûran, famâ wâfaqa kitâbal·lâhi fajudhûhu wa mâ
jâlafa kitâbal·lahi fada‘ûhu.[22]
“Ciertamente que sobre cada verdad hay una
realidad, y sobre cada obra correcta existe una luz; entonces todo lo que
coincida con el Libro Dios tomadlo y todo lo que se oponga a éste,
abandonadlo”.
Según esta transmisión la esencia de cada verdad y la luz de cada
rectitud es el Generoso Corán. Entonces, tenemos que aferrarnos a lo que
coincide con él, y dejar todo aquello que lo contradiga.
Del conjunto de estos dichos deducimos que aquello que es genuino y
posee plena verdad es el Generoso Corán. Los demás no pueden presentar algo
parecido al Corán mientras que pueden falsificar dichos parecidos a los de los
Infalibles (P). Entonces, la norma y el criterio para diferenciar la verdad de
la falsedad, es el Corán; por lo tanto todos los dichos que de alguna forma
hablan de la alteración del Corán, si no fuese posible interpretarlos de una
manera correcta son nulos y falsos, según los dichos mencionados, y carecen de
cualquier valor y consideración.
Tercero: La
argumentación racional (‘aqlî).
El Corán es el Libro que fue revelado con el fin de guiar a los seres
humanos, y según sus aleyas el hombre no tiene otro camino más que recurrir al
Corán. Nuestro intelecto también nos dice que debe estar al alcance de los
seres humanos un libro ordenado que contenga todos los conocimientos
religiosos, las bases principales y los preceptos del Islam, al igual que lo
hubo en las religiones anteriores. Ahora si reflexionamos veremos que es
ilógico que Dios ponga a disposición de los seres humanos un Libro, luego lo
deje para que cada quién le agregue o merme según su deseo. En otras palabras,
esto sería contrario al propósito de Dios en cuanto a la revelación del Corán,
ya que si un libro que es orientación y amonestación para todo el Universo y
para todas las épocas y generaciones fuese alterado, no hubiese llegado a
alcanzar su objetivo perdiendo de esta forma su credibilidad.
Cuarto:
Análisis histórico.
Otro argumento para la inalterabilidad del Corán es la presentación de
un análisis histórico en cuanto a la posición que ocupa el Corán entre los
musulmanes. La historia testimonia que la memorización y recitación del Corán,
desde el comienzo de su revelación hasta hoy día, ha gozado de una especial
posición, de modo que muy poco después, luego del descenso de las aleyas –que
eran descendidas gradualmente- los musulmanes con fervor indescriptible se
dedicaban a memorizar, aprender y enseñar el Corán. Existían escribas especiales
para registrar el Corán y los recitadores poseían la mejor posición social.
Tras la expansión del Islam en la época del primero y segundo Califa, y el
vuelco de otros pueblos hacia el Islam y el Corán, por un lado hasta el corazón
de Europa y por otro hasta la India, se recitaba el Corán en todas las ciudades
y casas. Ahora, ¿es posible que un libro que de tal manera fue confiado en las
memorias y difundido a través de innumerables ejemplares, se viese amenazado
por agregados o mermas en su contenido por medio de algún individuo o
individuos, y los musulmanes fuesen testigos de esta traición y guardasen
silencio? Si no se espera ello por parte del común de la gente ¿acaso es lógico
aceptar que el aparato gubernamental islámico encabezado por Imâm ‘Alî Ibn Abî Tâlib
(P) –durante su gobierno- fuese testigo de la alteración del Libro Divino y no
se opusiese a ello? Mientras que este ser inmaculado reaccionaba con suma
sensibilidad incluso frente a las cuestiones que pertenecían a las ramas del
Islam. Como ejemplo vemos que Imâm ‘Alî (P) dice en cuanto al tesoro público y
su derroche:
“Por Dios, si encuentro que el dinero público cedido (a la gente) por
‘Uzmân ha sido malgastado incluso en celebrar bodas (gastado en sus dotes) y en
comprar esclavas, las regresaré a quienes legítimamente pertenecen, ya que en
la justicia y la equidad hay suficiente holgura para la gente; y al que se
sienta desanimado por los dictados de la justicia y la imparcialidad, la
tiranía y la opresión le harán sentirse mucho más desanimado aún”.[23]
Ésta es la conducta de ‘Alî (P) con los bienes de los musulmanes,
¿cómo sería entonces la sensibilidad o reacción del Imâm frente al Corán y su
descuido, ya que se considera como el protector y guardián del mismo, y
repetidas veces en sus dichos habla del Corán, sus cualidades y gran valor? Así
mismo los demás Imâmes y líderes de la religión procedían de la misma manera en
cuanto al Corán y han confirmado la inalterabilidad del mismo con su práctica y
corroboración.
Quinto: Los métodos especiales y exclusivos del
Corán al crear inmunidad para sí mismo.
El Corán goza de una estructura y forma particular y exclusiva: tanto
desde el punto de vista de la diferencia existente entre las suras mecanas y
medinesas, como por el descenso en forma gradual de sus aleyas, y así también
por el contenido de sus convocatorias, mensajes y prescripciones.
Reflexionar en esta peculiar estructura, por un lado deja en claro el
prodigio del Corán; y por otro lado aumenta la credibilidad del hombre en
cuanto a la ausencia de cualquier tipo de tergiversación y alteración en él. A
continuación indicamos brevemente los puntos mencionados:
1º)
Las suras mecanas que en el orden del descenso se
adelantaron a las suras medinesas, generalmente son suras pequeñas con aleyas
breves y rítmicas.[24]
Este asunto facilitaba su aprendizaje y memorización, especialmente desde que
el número de musulmanes en esa época en La Meca era reducido y limitado y los
alfabetizados podían ser contados con los dedos. El descenso de las suras del
Corán con tales características compensaba las carencias, y jamás podrían ser
borradas estas suras de las memorias de la gente.
2º)
El descenso en forma gradual del Corán brindaba a
los musulmanes la oportunidad de aprender, memorizar y recitarlo fácilmente.
Indudablemente, si las aleyas coránicas hubiesen descendido de una sola vez a
la gente, la aceptación, concepción, memorización y protección de éstas en
aquellas circunstancias, hubiese sido una obra agotadora y quizás imposible
para los musulmanes.
3º)
El contenido de los mensajes, órdenes y
convocatorias de los Libros Divinos, siempre contradecía y se enfrentaba con
los beneficios de los opresores y tiranos. Por lo tanto siempre un grupo de
ellos se dedicaba a ocultar las verdades de los Libros Divinos y a su tergiversación.
El Corán, que es el último eslabón de la serie de los Libros Divinos, ha
seleccionado para sí un método especial en el planteo de sus mensajes y
prescripciones que cierra el camino frente a cualquier ocultamiento y
tergiversación, y ha protegido a este Libro eterno del atraco de los
malintencionados, enemigos e hipócritas. El Corán, en la explicación de su
objetivo, se ha limitado a exponer las generalidades y principios, y ha
relegado su desarrollo e interpretación a la Tradición (dichos y prácticas del
Profeta -BP- y su familia –P-). Como ejemplo, en el Generoso Corán, en
cualquier lugar que habla de los elegidos por Dios y los seres humanos
Inmaculados contemporáneos al descenso de la revelación, o cuando elogia a
alguien, no se refiere a sus nombres explícitamente. De la misma forma cuando
un individuo o una corriente son reprochados o maldecidos, sus nombres no son
indicados. Éste es el método general de todo el Corán y la única excepción es
el reproche a Abû Lahab (tío del Profeta) y a su esposa, que naturalmente tiene
su propia razón, ya que la enemistad de Abû Lahab y su esposa hacia el Islam
era algo claro para toda la gente y su pertenencia a Quraîsh y vínculo con el
Profeta (BP) eran factores que hacían que ello no constituyera una amenaza para
el Corán desde este aspecto.[25]
También en otro caso el Corán nombra a Zaîd (Zaîd Ibn Hârizah),
prohijado del Enviado de Dios (BP), cuya historia no elogia ni reprocha a
nadie: «De manera que cuando Zaîd
hubo terminado con lo que le unía a ella…».[26] He aquí algunos
ejemplos de las aleyas que elogian o reprochan a individuos sin nombrarlos:
1.- La aleya de Tathîr – «Al·lah sólo quiere alejar de vosotros la
impureza Ahl-ul Bait…»[27]-, aquellos a
quienes se refiere con Ahl-ul Bait fueron presentados a través de las
narraciones.
2.- La Aleya de la Mubahalah – «¡Venid! Convoquemos a nuestros hijos y a los vuestros, a
nuestras mujeres y a las vuestras, a nosotros mismos y a vosotros mismos; luego
imprequémonos mutuamente de manera que la maldición de Al·lah recaiga sobre los
mentirosos»[28]-
en
la que no fueron mencionadas las personalidades en esta aleya que son: Imâm
‘Alî, Fâtimah Az-Zahrâ, Imâm Hasan e Imâm Husaîn
-la paz de Dios sea con todos ellos.
3.- La Aleya de Laîlatul Mabiît ‑ «Hay hombres que mercan con su propia vida en
procura de la complacencia de Al·lah»[29]- que según numerosos dichos transmitidos por
ambas escuelas islámicas, fue descendida en cuanto a Imâm ‘Alî (P) la noche de
la emigración del Profeta (BP), al dormir en el lecho de éste.
4.- La bendita Sûra Al-Kaûzar - «Ciertamente que te hemos dado la Abundancia…»[30]- que según
algunas narraciones se refiere a la inmaculada y bendita hija del Profeta (BP)
Fâtimah Az-Zahrâ (P). En la misma sura no fue mencionado el
nombre de aquellos que insultaron al Profeta (BP), es decir, ‘Âs Ibn
Wâ’il y Umaîîah Ibn Jalaf.
5.- La aleya de la noticia -
«Si os llega un corrupto con una noticia…»[31]- aleya que
fue descendida en cuanto a Walîd el hermano de leche de ‘Uzmân.
Lo mencionado es sólo un poco de la totalidad
de las aleyas al respecto. A propósito, si el Corán en todos los casos hubiese
elogiado a un grupo y reprochado a otro francamente, qué gran daño hubieran
hecho al Corán los opositores del primer grupo y los interlocutores del
segundo, especialmente cuando el clan de Banî Umaîîah ‑a quienes el Corán se
refiere como el “árbol maldito”[32]-
posteriormente se apoderó del califato islámico.
Qué maravilla, qué minuciosidad, delicadeza y principios de psicología
se practicaron en aquellos tiempos en cuanto al desarrollo de los mensajes
Divinos, para desarraigar cualquier pretexto apto para tergiversar el Sagrado
Corán, y así convertirlo en un Libro Eterno para toda la historia y llegar a
concretarse aquellas albricias Divinas que dicen:
﴿ إِنَّا نَحْنُ نَزَّلْنَا الذِّكْرَ وَإِنَّا لَهُ لَحَافِظُونَ
﴾
Innâ nahnu nazzalna
adh-dhikra wa innâ lahu lahâfidzûn
«Por cierto que Nosotros revelamos el Mensaje y
que somos sus custodios».
Asimismo, el Corán presenta al Profeta (BP) como maestro del Libro
Divino:
﴿ هُوَ الَّذِي بَعَثَ فِي الأُمِّيِّينَ رَسُولاً مِنْهُمْ
يَتْلُواْ عَلَيْهِمْ ءَايَاتِهِ وَيُزَكِّيهِمْ وَيُعَلِّمُهُمُ الْكِتَابَ
وَالْحِكْمَةَ ﴾
huwal ladhî ba‘aza
fil ummîîna Rasûlan minhum îatlû ‘alaîhim âîâtihi wa îuzakkîhim wa
îu‘al·limuhumul Kitâba wal Hikmata…
«Él es Quien ha hecho surgir para los
iletrados un Mensajero de entre ellos, que les recita Sus aleyas, los purifica
y les enseña el Libro y la Sabiduría…»[33].
En otro lugar presenta al Profeta (BP) como aquél que dilucida e interpreta
el Corán:
﴿ وَأَنزَلْنَآ إِلَيْكَ الذِّكْرَ لِتُبَيِّنَ لِلنَّاسِ مَا
نُزِّلَ إِلَيْهِمْ ﴾
wa anzalnâ
ilaîkadh dhikra li tubaîîina linnâsi mâ nuzzila ilaîhim
«E hicimos que te
descendiera a ti el Recuerdo para que dilucides a los humanos lo que les fue
revelado…»[34].
En otra aleya, a través de una orden general convoca a la gente a
obedecer al Profeta (BP):
﴿ وَمَآ ءَاتَاكُمُ الرَّسُولُ فَخُذُوهُ
وَمَا نَهَاكُمْ عَنْهُ فَانتَهُوا ﴾
wa mâ âtâkumur Rasûl
fa’judhuhu wa mâ nahâkum ‘anhu fantahû
Entonces, no queda ninguna dificultad en cuanto a la falta de mención,
de parte del Corán, de los motivos del descenso de las aleyas, ya que convenía
que el Corán no hiciese referencia textual de los nombres de los virtuosos y la
Familia inmaculada y purificada del Profeta (BP), y exigía no mencionar el
nombre de ellos, pero en cambio allanó para los seres humanos el camino que
conduce a las verdades coránicas, al presentar al Profeta como aquél que
dilucida e interpreta el Corán; y así, al mismo tiempo que el Corán quedó
inmune frente a cualquier cambio y alteración, tampoco se han ocultado sus
verdades.
Conclusión:
Los
argumentos de la inalterabilidad del Corán son:
1.
Las dos aleyas: Sûra Al-Hiÿr (15:9, de la protección) y Sûra
Fussilat (41:41, donde dice que no puede ser agregado algo falso al
Corán).
2.
El dicho o hadîz mutawâtir de Zaqalaîn, explica que
el Corán y la sunnah (tradición) son inseparables; y ya que ambos forman
juntos una sola prueba por parte de Dios, la tergiversación del Corán dejaría
sin vigor a la tradición, y sería prohibido aferrarse a la misma sin el Corán.
3.
Los dichos que recomiendan aferrarse al Corán en los sucesos y sediciones
diarias.
4.
Los dichos que señalan la necesidad de comparar las narraciones con el Corán
para diagnosticar su verdad o falsedad.
5.
La argumentación racional que señala la necesidad de la inmunidad de la fuente
principal de la religión y la base constitucional del Islam (el Corán), así
como su condición de “guía para la humanidad”. Un Corán alterado no puede ser
guía para la humanidad y contradice su objetivo.
6.
La inalterabilidad del Corán es confirmada y consolidada claramente a través de
un sencillo análisis histórico respecto a la jerarquía del Corán entre los
musulmanes; su fervor indescriptible en la memorización, aprendizaje y
enseñanza de éste; la existencia de destacados recitadores y memorizadores del
Corán a lo largo de la historia del Islam, así como la existencia de los Imâmes
Inmaculados que se presentaban como guardianes del Corán y se mostraban
sensibles frente a su santidad.
7.
La peculiaridad de las suras mecanas que precedían a las suras medinesas, el
descenso de las aleyas en forma gradual y el específico método del Corán en el
desarrollo de sus conocimientos, elogios o reproches de los individuos y
grupos, han brindado a este Libro Sagrado una estructura que lo ha convertido
en un documento inalterable.
Capítulo Cuarto
Dijimos ya al comienzo de esta parte, que los expertos en el Corán y
sabios islámicos –ya sean Shî‘as o Sunnitas- han enfatizado en la inmunidad del
Corán frente a cualquier alteración. Desgraciadamente algunas personas de la
Escuela Shî‘ah así como de la Sunnah, al encontrarse con lo aparente de algunas
narraciones han juzgado apresuradamente, sin antes realizar un análisis y
estudio en su cadena de transmisión y sentido expresivo. Aunque el fallecido
Mîrzâî Nûrî luego de escribir su obra Faslul Jitâb y
observar sus consecuencias expresó su arrepentimiento, no obstante transcurrido
más de un siglo de su divulgación, todavía algunos mal intencionados y
buscadores de la desunión en la comunidad islámica, calumnian a la Shî’ah,
basándose en este mismo libro. Lo asombroso es que de entre los doce argumentos
presentados por Mîrzâ Nûrî en su obra mencionada, sólo dos argumentos
fueron extraídos de fuentes shias y los demás pertenecen a fuentes sunnas; y
todavía más asombroso es que la versión de la existencia de nasj (abrogación)
en la recitación del Corán tiene muchos adeptos entre los Sunnitas[36].
Quienes atribuyen la idea de la alteración a la escuela Shî‘ah, desatendieron
su propia idea de aceptar las narraciones referentes al nasj en la
recitación –trasmitidas por vías Sunnitas- y confirman la idea de la alteración
del Corán (mientras que la Shî‘ah pone en duda tales narraciones).
Por otro lado, existen narraciones en cuanto a la alteración en libros
pertenecientes a la Escuela Sunnah, como los seis Sihâh
(libros que han sido aceptados como veraces por los sabios y eruditos
musulmanes sunnis); mientras que lo registrado en los libros de la Shî‘ah al
respecto generalmente es confuso, débil y mínimo en comparación con las fuentes
Sunnitas.[37]
Las doce
dudas.
Mîrzâ Nûrî, en el primer capítulo de su libro menciona varias
cuestiones corroborando la alteración. A continuación lo exponemos en forma
sintetizada:
1.
Existen narraciones que afirman que todo lo
ocurrido en las comunidades anteriores, acontecerá igualmente en la comunidad
islámica. Y esto incluye también a la alteración del Libro.
2.
El modo de recopilación del Corán a principios
del Islam implicaba la existencia de cambio y alteración.
3.
Lo mencionado por la Escuela Sunnah en cuanto a
la abrogación de la recitación, implica la omisión de palabras en el Corán y su
alteración.[38]
4.
Imâm ‘Alî (P) poseía un ejemplar diferente al
existente en cuanto a su orden, y con mayor contenido que el actual.
5.
‘Abdul·lah Ibn Mas‘ûd poseía un ejemplar en el
que estaban registradas cosas fuera de lo que posee el ejemplar actual.
6.
El ejemplar existente no contiene todo lo que
contenía el ejemplar o Mus·haf de Ubaîî Ibn Ka‘b (mientras
que ese ejemplar era de gran consideración).
7.
‘Uzmân, en el momento de la recopilación del
Corán, eludió algunas palabras y aleyas.
8.
Existen numerosos dichos que explícitamente
hablan de la omisión de frases en el Corán. Éstos son relatados por la Escuela
Sunnah.
9.
Dios, en sus Libros Celestiales anteriores
mencionó el nombre y características de sus vicarios (Awsîâ) en
la Tierra. El Corán, que es sobre otros Libros superior, sin duda debería
contener esos nombres.
10.
Una de las pruebas de la alteración del Corán, es
que a pesar de haber sido revelado con una sola lectura, existen diferentes
lecturas.
11.
Existen dichos que en forma general hablan de la
alteración y merma en el Corán.
12.
Existen dichos que se refieren a la existencia de
alteración en algunas aleyas.
He aquí breves respuestas a las dudas
mencionadas:
Respuesta a la primera duda. Dicen: Existen numerosos dichos que llegan al
límite de tawâtûr (numerosas e ininterrumpidas cadenas de transmisión)
por parte de ambas escuelas que afirman la existencia de similitud entre la
comunidad judía y cristiana. Ellos argumentan que ya que sus libros fueron
alterados, entonces lo mismo sucedió con el Corán, de lo contrario esos dichos
no serían correctos. Dijo el Enviado de Dios (BP): “Todo lo sucedido en las
comunidades pasadas sucederá en esta comunidad sin ningún cambio”.[39]
Aunque estos dichos aparentemente son generales, sin embargo, no
abarcan todas las cuestiones y particularidades, ya que en numerosos asuntos
tales como: la trinidad, la adoración al becerro, la sedición del Samerî, el
fin del Faraón, la ascensión de Jesús (P) a los cielos, la alteración por medio
de la añadidura de temas a sus Libros Celestiales, etc., la comunidad islámica
no se asemeja a esas comunidades. Entonces, el objetivo de las palabras del
Profeta (BP) hace mención a una similitud en conjunto y un fallo general que
tiene excepciones. La alteración del Corán podría ser una excepción basándonos
en la aleya coránica: «Por cierto que Nosotros
revelamos el Mensaje y que Nosotros somos sus custodios».
Respuesta a la cuarta duda. Han dicho: “Existen relatos que afirman que
Imâm ‘Alî (P) poseía un ejemplar diferente al actual, y él personalmente, luego
del fallecimiento del Profeta (BP) permaneció en casa y recopiló el Corán, sin
embargo fue rechazado al presentarlo a la gente. Algunas narraciones afirman
que el Corán de ‘Alî (P) contenía cuestiones y temas de las cuales carece el
Corán actual y esto no es otra cosa que alteración del Corán”.
La respuesta a esta duda, queda completamente evidenciada en temas ya
tratados anteriormente al estudiar el Mus·haf de ‘Alî Ibn
Abî Tâlib. Indudablemente que el ejemplar de ‘Alî (P) poseía ventajas y
particularidades como el hecho de contener (además del texto coránico) los
“motivos de la revelación de las aleyas”, “la interpretación y exégesis de las
aleyas”, “la explicación de las aleyas abrogantes y abrogadas”, “su
ordenamiento según el orden de su revelación”, etc., no obstante la ausencia de
tales privilegios en el Corán actual no significa su alteración, ya que el
propio ‘Alî (P) durante su califato jamás habló de la existencia de alguna
alteración.
El Aîatul·lah Jû’î, en
respuesta a las narraciones presentadas por los sostenedores de la idea de la
alteración afirma:
“Tales dichos no
prueban la existencia del tahrîf (alteración). La mayoría
de ellos posee una cadena de transmisión débil ya que un grupo de éstos fue
transmitido de la obra de Ahmad Ibn Muhammad Saîârî, y todos los
sabios del ‘Ilm Ar-Riÿâl (la ciencia que estudia la confiabilidad
de los narradores de una cadena de transmisiones) concuerdan en que
esa obra no es de fiar por lo erróneo de su creencia; o bien fueron trasmitidos
por ‘Alî Ibn Ahmad Kûfî a quien los sabios de Ar-Riÿâl consideran
mentiroso y de erróneas creencias.
Cabe mencionar que la cantidad de los dichos es
numerosa, por lo tanto algunos de ellos pueden ser fiables y deben ser analizados
para comprender a qué se refieren”.[40]
Según él, los dichos son divididos en cuatro grupos y aquí mencionamos
únicamente dos de ellos:
1. Un grupo de estas narraciones contiene el
término tahrîf (alteración). Como ejemplo, en un dicho de Imâm As-Sâdiq
(P) vemos:
أصحاب العربية يحرفون كلام الله عزّ وجلّ عن مواضعه
As·hâbul
‘arabîîatu îuharrifûna
kalâmal·lahi ‘azza wa ÿal·la ‘an mawâdi‘ihi.
“Los árabes alteran la Palabra de Dios
respecto de su genuina posición”.
Aparentemente este grupo de narraciones se refiere a la diferencia de
lecturas y no de que algo haya sido sustraído del Corán.
Otro ejemplo: Abû Dhar transmite del Enviado de Dios (BP) que un grupo
en el día del Juicio Final dirá:
أما الأكبر فحرفناه ونبذناه وراء ظهورنا، وأما الأصغر
فعاديناه وأبغضناه وظلمناه
Amma al-akbar
faharrafnâhu wa nabadhnâhu warâ’a zhuhûrinâ wa ammâl asgar
fa’âdaînâhu wa abgadnâhu wa zhalamnâhu.
“En cuanto al (legado precioso) mayor (el Sagrado Corán) lo hemos
alterado y arrojado atrás de nuestras espaldas, y en cuanto al (legado precioso)
menor (Ahlul Baît –la familia del Profeta -BP-) fuimos hostiles con ellos, los
aborrecimos y oprimimos”. (Esta respuesta dada por ellos tiene que ver con el
dicho del Profeta (BP) que dice: “Ciertamente
dejo entre vosotros dos cosas muy preciadas: El Libro de Dios y mi familia”).
El término tahrîf en esta serie de dichos no significa
la merma en el Corán, sino que es una alteración semántica que interpretaron
según su antojo. Lo que corrobora nuestras palabras es una narración de Imâm
Al-Bâqir (P) que afirma: “El significado de “abandono del Libro” es que
ellos protegieron sus letras y palabras, empero alteraron sus leyes y
contenido”.
2. El siguiente grupo se compone de dichos que
sostienen que el nombre de los Imâmes (P) existía en algunas aleyas del Corán y
sus enemigos las extrajeron, mientras que esta serie de dichos se refiere al
motivo de la revelación de las aleyas y no quiere decir que el texto coránico
contenía estos nombres, y si, por ejemplo, en alguno de éstos vemos: “nazalat
fî ‘Alî” que significa “se reveló respecto a ‘Alî (P)”, no quiere decir que
esta frase formaba parte de las aleyas coránicas y luego fue sustraída.
El autor de la valiosa obra Al-Baîân afirma: “Entre las cosas
que indican que el nombre del Príncipe de los Creyentes no ha sido mencionado
en el Corán explícitamente es el Hadîz de Gadîr. Esta
narración claramente asegura que el Profeta (BP) designó a ‘Alî (P) por orden
de Dios como su sucesor y guía (Imâm), luego de que Dios le prometió protegerlo
del daño de la gente. Si el nombre de ‘Alî (P) hubiese estado en el Corán de
antemano, ya no habría la necesidad del suceso de Gadîr, de esta designación y
congregación de los musulmanes. Tampoco habría existido temor alguno para el
Profeta (BP) en cuanto a esta designación, especialmente teniendo en cuenta que
el suceso de Gadîr tuvo lugar en el último viaje de la peregrinación del
Profeta (BP) y hacia finales de su vida.
Otro testigo que respalda tales narraciones es el dicho fiable de Abû
Basîr el cual señalamos anteriormente. Luego de esta narración, Imâm As-Sâdiq
(P) afirma:
ونزلت
أطيعوا الله وأطيعوا الرّسول وأولي الأمر منكم ونزلت في عليّ والحسن والحسين فقال
رسول الله صلى الله عليه وآله وسلّم من كنتُ مولاه فهذا
عليّ مولاه
Wa nazalat atî‘ûl·laha wa atî‘ûr
rasûl wa ûlîl amri minkum wa nazalat fî ‘Alî wal Hasan wal Husaîn
faqâla Rasûlul·lah: man kuntu maûlâhu fahâdhâ ‘alîîun maûlâhu.
Y fue revelado: «Obedeced a Al·lah, a su Enviado y a los dotados
de autoridad (u’lîl amr) de entre vosotros»; y fue revelado
respecto a ‘Alî, Hasan y Husaîn, (ya que) el Enviado de Dios (BP)
dijo: “De aquél de quien yo sea su maûlâ (protector, guardián y maestro)
‘Alî es su maûlâ”.
El sentido de esta frase es la interpretación del Corán ya que al
principio de esta narración Abû Basîr pregunta: “¿Por qué el nombre de
‘Alî y Ahlul Baît no se hallan en el Corán?”. El Imâm le responde:
“El Salât (la Oración) fue
mencionado en el Corán, pero no explica en éste el número de ciclos; el Zakât
(caridad) está mencionado en el Corán pero no es explicado; el Haÿÿ
(peregrinación) está citado en el Corán sin hacer mención del número de
circunvalaciones. Todo esto es explicado por el Profeta (BP) como explicador
del Corán”.
Entonces el Imâm, explica respecto a la aleya arriba mencionada y no
queda ninguna duda de que el propósito del Imâm con: “nazalat fî ‘Alî
–se reveló respecto a ‘Alî (P)-” es la explicación del motivo de revelación
de la aleya.
Esta narración puede responder a todas las
narraciones que sostienen que los nombres de los Imâmes estaban en el Corán y
luego fueron excluidos.
Haciendo un repaso a los temáticos mencionados
hasta ahora, quedan claras las respuestas a otras dudas, y es irrebatible que
no existe relación entre esas y la idea de la alteración.
Conclusión:
1.
Del total de doce argumentos presentados por Muhaddiz Nûrî respecto a la
alteración del Corán, sólo dos de ellos pertenecen a fuentes de la Escuela
Shî‘ah.
2.
La semejanza y similitud de la comunidad islámica con las comunidades
anteriores es una semejanza general, por lo tanto no abarca las cuestiones
particulares, de entre ellas la alteración del Corán.
3.
Las ventajas del ejemplar de Imâm ‘Alî (P) era el hecho de contener el motivo
de la revelación de las aleyas, la interpretación y desarrollo de las aleyas,
la separación de la aleya abrogada de la abrogante y asuntos similares a éstos.
4.
Muchas de las narraciones respecto a la alteración fueron trasmitidas por Ahmad
Ibn Muhammad Saîârî o ‘Alî Ibn Ahmad Kûfî que ambos eran
conocidos como mentirosos y de creencias erróneas.
5.
Teniendo en cuenta los indicios existentes en algunas narraciones, el sentido
del término tahrîf en éstos, es la alteración semántica (y no la
textual). Este asunto es mencionado explícitamente en algunos dichos.
6.
Las narraciones que afirman que el nombre de los Imâmes se hallaba en el Corán
o explican que tal aleya ha sido revelada respecto a Imâm ‘Alî (P), todas se
refieren al motivo de la revelación de las aleyas, y no a que los nombres de
los Imâmes sean parte de la aleya.
7.
Teniendo en cuenta los sólidos argumentos tanto del Libro de Dios como de la
tradición, del intelecto, de numerosos testimonios históricos y otros, queda
clara la falsedad de argumentos presentados para la alteración del Corán como:
el modo en que se produjo la recopilación del Corán en la época de ‘Uzmân, la
diferencia de lecturas, o la mayor o menor cantidad de texto (explicativo)
registrado en algunos de los ejemplares de los Compañeros tales como Abdul·lah
Ibn Mas‘ûd y Ubaîî Ibn Ka‘b, y duplica la creencia y confianza en las albricias
Divinas en cuanto a la inmunidad del Corán.
Preguntas:
1.
Defina qué significa “alteración”, lingüística y
terminológicamente.
2.
Al explicar los diferentes tipos de tahrîf,
determine cuál de ellos es cuestión de discusión.
3.
¿Por qué afirmamos que la alteración semántica ha
sucedido en el Corán?
4.
¿Quién fue el primero en plantear la idea de la
alteración en el siglo XI d.H. y quién planteó este mismo asunto después de él?
5.
Explique cuáles aleyas coránicas son las que
niegan la idea del tahrîf.
6.
Exponga la forma en que el dicho de Zaqalaîn
rechaza la idea del tahrîf.
7.
Presente un argumento racional en cuanto a la
inmunidad del Corán frente al tahrîf.
8.
Explique cómo es que la estructura específica del
Corán lo ha convertido en un Libro Celestial inalterable.
9.
¿Cómo puede responderse a la duda basada en la
similitud existente entre la comunidad islámica y otras comunidades, tocante a
la alteración de los Libros?
10.
¿Cómo pueden justificarse las narraciones que
aparentemente hablan de la alteración?
11.
¿Acaso la diferencia entre el ejemplar de ‘Alî
(P) con el ejemplar actual puede ser un argumento para la alteración del Corán?
Explique por qué.
12.
¿Acaso la añadidura o merma existente en algunos
ejemplares de algunos discípulos del Profeta
(BP) sirve como argumento para la alteración? ¿Por qué razón?
[1] Todos los temáticos de los cinco
capítulos precedentes se referían a la historia del Corán.
[2] Como ejemplo, el fallo histórico de Imâm
Jomeînî (r) respecto a Salmán Rushdie y el libro “Los Versos Satánicos”.
[4] Idem; Qâmûs Qur’ân; Mufradât.
[11] Uno de estos autores es Ihsân
Ilâhî Dzahîr, quien, basándose en el libro Faslul Jitâb de
Hâÿÿ Nûrî, ha escrito una obra titulada Ash-Shî‘ah wal Qur’ân, en
la que no deja de lado ninguna calumnia ni ofensa. El título del capítulo
cuarto de este libro es: “Mil dichos shîas confirmando la alteración en el
Corán, extraído del libro Faslul Jitâb del experto en
Hadîz An-Nûrî At-Tabarsî, perteneciente a la Escuela Shî‘ah”.
[14] Aleyas de
desafío: son aleyas coránicas que invitan a la gente a presentar, en caso de
que les sea posible, algo parecido al Corán; el mismo Corán en la Sura
Al-Baqarah anuncia que jamás podrán presentar algo parecido a este Libro
Sagrado.
[15] Para mayor información recurrir a la obra
Al-Gadîr y ‘Ulûmil Qur’ân ‘indal Mufassirîn, t.1, p.187-206.
[17] Mayor desarrollo de este tema será
expuesto en el tercer argumento.
[19] Wasâ’il ash-Shî‘ah,
t.18, cap.9, dentro de los capítulos de “Las condiciones del Juez”, dichos 19,
29 y 35.
[20] Ídem, dicho 14.
[21] Ídem, dicho 12.
[22] Ídem, dicho 10.
[24] Observar los ÿuz’ (capítulos)
29 y 30 del Generoso Corán.
[25]
Recurrir a la revista Kaîhân Andîsheh, núm. 28, artículo de Seîied Murtadâ
‘Askarî.
[27] Ídem, 33.
[36] Recurrir a la octava parte de este mismo
libro.
[38] Cabe recordar que él mismo considera nula
esta creencia y la rechaza.
[40] Ídem, p.226-236.
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