lunes, 13 de junio de 2011

El Remedio para las Tribulaciones


Selección de los consejos de los Imames Infalibles (P) a sus afligidos seguidores

Recopilado por: Iûsuf Gulâmî
Traducido por: Zohre Rabbani – Sumeia Younes
Introducción:

Lo que ofrecemos en este artículo es una selección de lo que los Infalibles (P) recomendaron a la gente a fin de eliminar la pobreza y penurias de la vida. En estos consejos esperanzadores se encuentran plasmados ciertos secretos profundos que son de mucha importancia para las gentes de la meditación y la reflexión.


Tales recomendaciones no son pocas en los libros de súplicas, pero lo que hemos recopilado son algunas que, además de ser fáciles de llevar a cabo, sus asombrosos efectos han sido experimentados.

Sin embargo no debemos olvidar que «todo infortunio que os aflige es a causa de lo que cometieron vuestras manos, aunque (Dios) os perdona muchas (culpas)»[1].

Somos nosotros mismos el origen de nuestros problemas y dificultades. Es por ello que, antes de realizar cualquier súplica o dhikr, debemos alejarnos de los pecados y llevar a cabo los actos obligatorios que Dios prescribió para nosotros. Luego, dejar en manos de Dios el hecho de decretar lo que Él considere que es conveniente para nosotros.

Es posible que alguna vez Dios responda a alguna súplica nuestra si realizamos alguna oración específica, mientras que a través de otras no ha sido respondida. A veces también el hecho de que se nos responda una suplica depende de alguna conveniencia en especial, y tal vez ninguna oración o súplica surta el efecto que esperamos de ellas. Por supuesto, entender los secretos de estos asuntos no está sino en los Infalibles (P). De todos modos, las oraciones y las súplicas son como las recetas de los médicos que para beneficiarse de las mismas y llegar a un resultado deseado hay que practicarlas, pero no sólo para probar, sino con la esperanza de que la solución estuviera en ello. Además, hay que tener en cuenta que es importante la continuidad, ya que la curación de algunos de los males internos depende del uso continuo de los medicamentos, y en este camino, el más nefasto de los males es la desesperanza.

Ahora, teniendo la certeza de que lo que hemos recopilado es tanto el dicho como la práctica del Infalible (P) debe recordarse que cada vez que una súplica no es respondida, su impedimento lo constituye el mismo ser humano. Entonces, es a nuestros actos que debemos mirar con duda y vacilación, y no a los dichos de los Infalibles (P).

(1)
El efecto de las oraciones diarias sobre el sustento diario

Dijo el Enviado de Dios (BP):

“Lo mejor de este mundo y el Más Allá está en la oración (salât), y por medio de ella se distingue al incrédulo del creyente, al sincero del hipócrita, y constituye... el arrepentimiento del arrepentido, la bendición en los bienes, lo abundante del sustento y la luz del rostro”[2].

No se debe olvidar que estos efectos solo se dan cuando las oraciones son aceptadas por parte de Dios.

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(2)
La oración de la noche, un garante del sustento diario

El Shaij At-Tusî (r.a.), en su libro “At-Tahdhîb”, transmite que un hombre se presentó ante el Imam As-Sâdiq (P) quejándose de su gran pobreza, al punto que estaba cerca de gritar debido al hambre. El Imam (P) le dijo entonces: “¡Hombre! ¿Acaso rezas la oración de la noche?”. El hombre dijo: “Sí”. Luego el Imam (P) volvió su rostro hacia sus discípulos y dijo: “Miente quien manifiesta que reza la oración de la noche, siendo que pasa hambre durante el día. Dios Altísimo garantizó el sustento diario para todo aquel que realice la oración de la noche”[3].

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(3)

Descontento por las dificultades de la vida


            El Shaij At-Tusî (r.a.), en su libro “‘Uddat-ud Dâ’i”, transmitió que un hombre llamado Abû Qamqâm (o Halqâm) se presentó ante el Imam Mûsâ ibn Ya’far (P) y se quejó impetuosamente por su mala situación con relación a su trabajo y sueldo, puesto que no realizaba ningún trabajo que terminase bien o diera sus buenos frutos. El Imam Mûsâ ibn Ya’far (P) le dijo: Tras la oración de la alborada (subh) repite diez veces:

سبحان الله العظيم و بحمده استغفر الله و اسأله من فضله.
Subhânal·lahi al-‘azhîm ua bihamdihi astagfirul·laha ua as’aluhu min fadlihi.
Glorificado Sea Dios, el Majestuoso, en Su alabanza. Pido perdón a Dios y le requiero de Su gracia.
           
Abû Qamqâm diría luego: “Durante un tiempo fui perseverante en este dhikr, y juro por Dios, que todavía no habían transcurrido más que unos días, que de casualidad me encontré con unos beduinos y uno de ellos me anunció que uno de mis parientes había fallecido y que excepto yo, no tenía ningún otro heredero. Entonces fui y tomé la herencia que había dejado, y hasta el día de hoy vivo sin pasar necesidades”.
            Esta narración y otras semejantes fueron citadas también en los libros Usûl Al-Kâfî, Wasâ’il-ush Shî’ah, Makârim-ul Ajlâq de Tabarsî, Mafâtîh-ul Yinân y otros libros. En algunos de ellos dijeron: “Se debe continuar repitiendo este dhikr hasta la salida del sol”. Y algunos dijeron: “Repítelo tanto como puedas”[4].

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(4)
Aquel a quien le resulta dificultoso conseguir su sustento

            Dijo Abû Basîr: Cierto día le dije al Imam As-Sâdiq (P): “Siento que mi sustento me llega lentamente”. Entonces el Imam se enfadó y me dijo: “(Si es que así lo crees) di:

الّلهم انّك تكفّلت برزقي و رزق كلّ دابّة يا خير مدعوّ و يا خير من اعطى و يا خير من سئل و يا افضل مرتجى افعل بي كذا و كذا.

Al·lahumma innaka takaffalta bi rizqî ua rizqi kul·li dâbbatin iâ jaira mad‘ûiin ua iâ jaira man a‘tâ ua iâ jaira man su’ila ua iâ afdala murtayan if‘al bî kadhâ ua kadhâ.

¡Dios mío! Tu asumiste mi sustento y el de todo ser vivo. ¡Oh Quien es el mejor para ser invocado! ¡Oh Quien es el mejor que otorgó! ¡Oh Quien es el mejor al que le fue requerido! ¡Oh Quien es el mejor lugar de esperanza! Realiza para mi tal y tal cosa.

            (En lugar de kadhâ ua kadhâ, mencionar la propia necesidad con relación al sustento)[5].

 

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(5)
El remedio de las enfermedades y la salvación de la pobreza

            Ismâ’îl ibn ‘Abd-ul Jâliq dijo: Hacía un tiempo que uno de los Compañeros del Enviado de Dios (BP) no se presentaba ante él (BP). Cuando por fin lo hizo, el Enviado de Dios (BP) le preguntó: “¿Qué es lo que te mantuvo alejado de nosotros durante todo este tiempo?”. Respondió: “Las enfermedades y la carestía”. El Profeta (BP) le dijo entonces: “¿Deseas que te enseñe una súplica por medio de la cual Dios alejará de ti las enfermedades y la indigencia?”. Dijo: “¡Claro que sí, oh Enviado de Dios!”. Entonces le dijo: “Di:

لا حول و لا قوّة إلاّ بالله [العلي العظيم] توكّلت على الحيّ الّذي لا يموت و الحمد لله الّذي لم يتّخذ [صاحبة و لا] ولداً و لم يكن له شريك في الملك و لم يكن له وليّ من الذّلّ و كبّره تكبيراً.

haula ua lâ quwata il·la bil·lahi (al-‘alî al-‘adhîm) tauakkaltu ‘alal haiî al·ladhî la iamûtu ualhamdulil·lahi al·ladhî  lam iattajidhu (sâhibatan ua la) ualadan ua lam iakun lahu sharîkun fil mulki ua lam iakun lahu ualîiun minadh·dhul·li ua kabbirhu takbîran.
No hay poder ni fuerza sino en Dios, el Altísimo el Majestuoso. Me encomiendo al Vivo que no muere. La alabanza sea para Dios Quien no tomó ni compañera ni hijo, ni tiene copartícipe en el Reino, ni tiene un protector que deba guarecerle de la humillación. Y engrandécele sobremanera.

            Todavía no había transcurrido mucho tiempo que esta persona regresó ante el Profeta (BP) y dijo: “¡Oh Enviado de Dios! Dios hizo desaparecer de mí la enfermedad y la pobreza”[6].
            (Muhaddiz Qumî, en Mafâtîh-ul Yinân, y otros en sus libros, transmitieron este noble dhikr de la misma manera citando óptimos efectos para este mundo y el otro).

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(6)
Una solución para la necesidad y la indigencia

Dice Abû Basîr: El día que me quejé ante Hadrat As-Sâdiq (P) de la necesidad y la indigencia y le manifesté mi angustia, solicitándole que me enseñase una súplica para requerir el sustento diario, él me enseñó una súplica, y desde que la realicé no estuve más necesitado. El Imam (P) dijo: Después de la oración de la noche, di en estado de prosternación:

يا خير مدعوّ و خير مسئول و يا اوسع من أعطى و يا خير مرتجى ارزقني و اوسع عليّ من رزقك و سبّب لي رزقاً من قبلك انّك علي كلّ شئ قدير
¡Oh Quien es el mejor para ser invocado! ¡Oh Quien es el mejor al que le fue requerido! ¡Oh Quien es el que más vastamente ha otorgado! ¡Oh Quien es el mejor lugar de esperanza! Agráciame e increméntame de tu gracia, suscita para mí un sustento de Tu parte. Por cierto que Tú eres Poderoso sobre todas las cosas. [7]

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(7)
La oración y la súplica como medio para pagar las deudas y apartar la aflicción

Dijo el Imam Al-Bâqir (P): Cierto día se presentó un hombre ante el Profeta de Dios (BP) y le dijo: “¡Oh Enviado de Dios! Yo soy un hombre que posee una familia numerosa y estoy adeudado, y se me ha tornado dificultoso mi estado y situación de vida. Enséñame una súplica por medio de la cual ruegue a Dios, Poderoso e Imponente, para que me bendiga con un sustento con el cual pueda pagar mi deuda y me ayude para solventar los gastos de mi familia”.

Ante esto, el Enviado de Dios (BP) le dijo: “¡Oh siervo de Dios! Haz una ablución correcta y completa (poniendo atención en lo que realizas), y tras ello lleva a cabo dos ciclos de oración, esmerándote en hacer su rukû‘ y su suyûd como se debe. Después (de concluir con la oración, eleva tus manos en súplica y) di:

يا ماجد يا واحد يا كريم [يا دائم] اتوجّه اليك بمحمّد نبيّك نبيّ الرحمة - صلىّ الله عليه و آله و سلّم – يا محمد يا رسول الله أتوجّه بك إلى الله ربّك و ربّي و ربّ كلّ شيء أن تصلّي على محمد و أهل بيته و أسألك نفحة كريمة من نفحاتك و فتحاً يسيراً و رزقاً واسعاً ألمّ به شعثي و  أقضي به ديني و أستعين به على عيالي

¡Oh Magnánimo! ¡Oh Único! ¡Oh Generoso! ¡Oh Eterno! Me dirijo a Ti por Muhammad Tu Profeta, el Profeta de la misericordia – Que Dios le bendiga y a su familia y les salve- ¡Oh Muhammad! ¡Oh Mensajero de Dios! Ciertamente que me dirijo por ti a Dios tu Señor, mi Señor, y el Señor de todas las cosas. Bendice a Muhammad y a la gente de su casa, te pido una generosa bondad de entre Tus bondades y un fácil triunfo, un abundante sustento mediante el cual restaure mi perturbado estado, pague mis deudas, y me asista en ello para mantener a mi familia. [8]

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(8)
Para alejar las deudas y los susurros del corazón

            Dijo el Imam As-Sâdiq (P): “Cierto día un hombre se presentó ante el Enviado de Dios (BP) y le dijo: “¡Oh Profeta de Dios! Las deudas y los susurros del corazón me han dominado (prescríbeme algo para alejar a ambos de mí). Entonces el Profeta (BP) le dijo: “Di:

توكّلت على الخيّ الذي لا يموت و الحمد لله الذي لم يتّخذ صاحبة و لا ولداً و لم يكن له شريك غي الملك و لم يكن له وليّ من الذلّ

Me encomiendo al Vivo que no muere. La alabanza sea para Dios Quien no tomó ni compañera ni hijo, ni tiene copartícipe en el Reino, ni tiene un Protector que le resguarde de la humillación.


            Transcurrió un tiempo desde aquel día, hasta que este hombre pasó cerca del Profeta (BP). El Profeta lo llamó y le preguntó: “¿Qué hiciste?”. Dijo: “¡Oh Enviado de Dios, hice lo que me dijiste durante un tiempo y Dios (por bendición de aquella súplica) ha saldado mi deuda e hizo desaparecer los susurros de mi corazón”[9].

            (Se desprende claramente de esta narración que el efecto de este noble recuerdo o súplica se manifestó tras un período de tiempo que la persona fue perseverante en su lectura. El Muhaddiz Qomî (r.a.) citó esta invocación en Mafâtîh Al-Yinân, en la sección de “las súplicas para realizarse después de las oraciones” y puso énfasis en el hecho de que debe leérsela frecuentemente).

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(9)
Librarse de la tristeza y la angustia

            Una hombre llamado Ismâ‘îl ibn Yâbir, transmitió que el Imam Ya‘far As-Sâdiq (P) dijo: “Para alejar la tristeza de ti, primero realiza un baño completo (gusl) y tras ello dos ciclos de oración; entonces di:

يا فارج الهمّ ويا كاشف الغمّ يا رحمان الدنيا والآخرة ورحيمهما فرّج همّي واكشف غمّي يا الله الواحد الأحد الصمد الذي لم يلد و لم يولد و لم يكن له كفواً أحد أعطني وطهّرني واذهب ببليّتي

¡Oh Consolador de la preocupación! ¡Oh Apartador de la congoja! ¡Oh Clemente y Misericordioso de este mundo y del más allá! Consuela mi preocupación y Aparta mi congoja. ¡Oh Dios! El Único, el Uno, el Eterno, Quien no engendró ni fue engendrado ni tiene nada que se le asemeje! Otórgame, purifícame y aleja mi aflicción.
            Después recita la aleya del Escabel (Âiat-ul Qursi) y las dos Suras An-Nâs y Al-Falaq[10].

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(10)
La cura del alma del mal presentimiento y el miedo

Samâ’ah -de entre los íntimos amigos del sexto Imam (P)-, dijo: El Imam As-Sâdiq (P) me dijo: “Cada vez que te domine un mal presentimiento y temas que te acontezca algo, di:

اللهمّ إنّك لا يكفي منك أحد و أنت تكفي من كلّ أحد من خلقك فاكفني كذا و كذا

Al·lahumma innaka la iakfi minka ahadon ua anta takfi min kulli ahaden min jalqika fakfini kadha ua kadha.
(En lugar de kadha ua kadha mencionar los propios problemas).
¡Dios mío!, por cierto que nadie está innecesitado de Ti mientras que Tú no necesitas de nadie de Tu creación, hazme entonces suficiente respecto a tal cosa y tal cosa...
(Aquí mencionar el propio problema).

Y en otra narración, encontramos que dijo: “Di:

يا كافياً من كلّ شيء و لا يكفي منك شيء قي السماوات و الأرض اكفني ما أهمّني من أمر الدنيا و الآخرة وصلّى الله على محمد و آله
Ia Kafian min kulli shai’in ua la iakfi minka shai’on fis samawati ual ardi. Ikfini ma ahammani min amrid-dunia ual ajirati ua sallallahu ‘ala muhammadin ua alihi.
“Oh Autosuficiente de toda cosa, y nadie en los cielos y la tierra está innecesitado de él, hazme suficiente ante lo que me preocupa de este mundo y del otro, y bendice a Muhammad y a su familia”.

En otra ocasión dijo: “Quien se presente ante un Sultán (o alguien que posea un alto cargo) del cual sienta temor, (para encontrarse a salvo de su maldad), que diga:

بالله أستفتح وبالله استنتج وبمحمد صلّى الله عليه وآله أتوجّه اللهمّ ذلّل لي صعوبتي وسهّل لي حزونته فإنّك تمحو ما تشاء و تثبت وعندك أمّ الكتاب
Mediante Dios procuro éxito y mediante Dios procuro el triunfo, y mediante Muhammad, que las bendiciones y la paz sean con él y su descendencia, me dirijo. ¡Dios mío! Allana mi dificultad, y facilita mi pesadumbre, que ciertamente que Tu borras lo que quieres y afianzas, y tienes la matriz del libro,

Y también que diga:

حسبي الله لا إله إلاّ هو عليه توكّلت وهو ربّ العرش العظيم وامتنع بحول الله و قوّته من حولهم وقوّتهم وأمتنع بربّ الفلق من شرّ ما خلق ولا حول ولا قوّة إلاّ بالله
Me es suficiente Dios. No hay más divinidad que Él, a él me encomiendo y es el Señor del Trono majestuoso. Mediante el poder y la fuerza de Dios contengo el poder y fuerza y fuerza de otros, y mediante el Señor de la Alborada contengo el mal de lo que Él creo. No hay poder ni fuerza sino en Dios. [11]

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 (11)

La oración para atraer el sustento


El Shaij Hasan ibn Fadl Tabarsî, en el libro “Makârim-ul Ajlâq”, y Muhaddiz Qomi, en el libro “Mafâtîh-ul Yinân”, transmiten cómo llevar a cabo una oración que fue enseñada por el Ángel Gabriel (P) al Enviado de Dios (BP) con el fin de abrir las puertas del sustento: “Realiza dos ciclos (rak‘ah) de oración. En la primera rak’ah, después de la Sûra Al-Hamd (Corán; 1), recita tres veces la Sûra Al-Kauzar (Corán; 108), y tres veces la Sûra At-Tauhîd (Al-Ijlâs) (Corán; 112). Y en la segunda rak‘ah, recita después de la Sûra Al-Hamd, tres veces la Sûra An-Nâs (Corán; 114) y tres veces la Sûra Al-Falaq (Corán; 113)”[12].

Ha sido experimentado el efecto de esta oración, especialmente si se repite durante 40 días.

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(12)
El efecto que causa el hecho de convidar en el sustento diario

El Shaij Hurr Al-‘Âmilî, en el libro “Wasa’il-ush Shî’ah” transmitió del Imam As-Sâdiq (P) que el Enviado de Dios (P) dijo: “El sustento hacia alguien que provee de alimentos a las gentes, es más rápido que el movimiento del cuchillo sobre la comida”.

También, se transmitió del Imam Al-Bâqir (P) lo siguiente: “Dijo el Enviado de Dios (BP): “Las bendiciones y la abundancia en el sustento se dirigen más rápido hacia las casas en las que se da alimento a la gente que la penetración del puñal sobre la joroba del camello (ya que la joroba es el lugar más suave del cuerpo de dicho animal)”.

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 (13)

Las cosas recomendables para hacer


Según lo transmitido en las narraciones, realizar ciertos actos resulta efectivo para incrementar el sustento, entre ellos:

+ Recitar la Sûra Al-Ijlâs (qul hual·lahu ahad...) en el momento de ingresar a la casa.
+Lavarse la cabeza con cedro.
+Decir cada día treinta veces سبحان الله -“Subhâna Al·lah” (Glorificado sea Dios).
+Encender la lámpara de la casa antes del ocaso.
+Lavarse las manos antes y después de la comida.
+Decir reiteradamente: لا حول و لا قوّة الاّ بالله العلي العظيم  “La haula ua la quwata il·la bil·lahi al-‘alî-ul ‘adzîm” (No hay poder ni fuerza sino en Dios, el Altísimo, el Majestuoso). 
+Estar continuamente con ablución (wudû).
+Cortarse las uñas los días jueves.
+Ser buenos vecinos y leales con la gente.
+Rezar las oraciones del Dzuhr y ‘asr juntas y las del magrib e ‘ishâ’ juntas.
+Presentarse en la mezquita antes del momento del adhân (llamado a la oración).
+La oración en comunidad.
+Peinarse.
+Dar limosna.
+Llevar puesto un anillo de ‘aqîq (cornalina) y firûzah (turquesa) sobre los cuales esté escrito: “La haula ua la quwata il·la bil·lahi al-‘alî-ul ‘azhîm”.
+Barrer y limpiar la casa.
+No considerar insignificante el sustento diario.
+Madrugar.
+Alejarse de la mentira, de los insultos y de las palabras vanas.

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(14)

Solucionar los problemas de los hermanos creyentes


            El Shaij Al-Kulaini, en el libro “Al-Kafi”, transmite un dicho del Imam As-Sâdiq (P): “Jamás, Dios Altísimo manifiesta Sus mercedes a un siervo sin que le manifieste también alguna necesidad de la gente. Entonces, quien tenga paciencia en solucionar los problemas de la gente y asuma sus asuntos, Dios le incrementará Sus mercedes; y por el contrario, si no se esfuerza en pro de las necesidades de la gente, Dios Altísimo le privará de dichas bendiciones”.

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(15)

La Sûra Ash-Shams y sus asombrosos efectos


            El Seied Hâshim Bahrânî, en el libro “Tafsîr Al-Burhân”, narrando las virtudes de la Sûra Ash-Shams, relata del Imam As-Sâdiq (P): “Para quien tenga poco sustento y poco éxito en la vida y continuamente reciba perjuicios y daños, es preferible la recitación de la Sûra Ash-Shams, ante lo cual observará el incremento del sustento y el éxito”.

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(16)

El pedido de perdón, un tesoro infinito


            El Shaij As-Sadûq, en su valioso libro “Al-Jisâl”, transmite del Imam ‘Alî (P): “Abundad en el pedido de perdón para que el sustento venga hacia vosotros”. También, se transmitió del Imam ‘Alî (P) en el libro “Bihâr Al-Anwâr” que dijo: “El pedido de perdón incrementa el sustento”.
            El Noble Profeta (BP) dijo: “A quien le llegue muy difícil su sustento que pida mucho perdón a Dios”.

            El Shaij At-Tusî (r.a.) escribió en su preciado libro “Mayma’-ul Baiân”, bajo la exégesis de la Sûra Nûh: Un hombre se presentó ante el Imam Al-Hasan (P) y se quejó mucho de su pobreza e indigencia. El Imam (P) le dijo: “¡Pide perdón!”. Tras ello vino otra persona y se quejó ante él de su pobreza. El Imam nuevamente dijo: “¡Pide perdón!”. Más tarde otro hombre se presentó y dijo: “¡Pide a Dios que me agracie con un hijo varón”. Dijo: “¡Pide perdón!”.

            Nosotros dijimos: “Varias personas se quejaron ante ti de algunos temas y cada uno te solicitó caminos de apertura y tú a todos les ordenaste pedir perdón!”.

            El Imam (P) dijo: “Yo no di esa respuesta de mi parte sino por orden de Dios Altísimo, de boca del Profeta Nuh (P), que dijo a su pueblo:

اسْتَغْفِرُوا رَبَّكُمْ إِنَّهُ كَانَ غَفَّاراً * يُرْسِلِ السَّمَآءَ عَلَيْكُم مِدْرَاراً * وَيُمْدِدْكُم بِاَمْوَالٍ وَبَنِينَ وَيَجْعَل لَكُمْ جَنَّاتٍ وَيَجْعَل لَكُمْ أَنْهَاراً
Implorad perdón de vuestro Señor, porque es Indulgentísimo * Os enviará desde el cielo copiosas lluvias * Os acrecentará vuestra hacienda e hijos y os concederá jardines y os deparará ríos.
(aleya 71, 10-12).

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 (17)

Agradecimiento de las Bendiciones


            Tal como nos lo dice el Sagrado Corán:  لَئِن شَكَرْتُمْ لأَزِيدَنَّكُمْ - la in shakartum la azidannakum - Si agradecéis os incrementaré (Corán; 14: 7). También se transmitieron ciertas palabras (frases) respecto al efecto del agradecimiento y qardani. En el libro “Gurar Al-Hikam” se transmitió de Amîr Al-Mu’minîn (P) lo siguiente: “El agradecimiento es incremento, el agradecimiento es la semilla de las bendiciones. Cada vez que quieras que las bendiciones continúen sobre ti, continuamente sé agradecido por ellas... Agradecer a la Divinidad hace fluir las bendiciones. Agradecer las bendiciones hace que se multipliquen e incrementen.”

            Entre la gente se conoce a las personas desagradecidas con facilidad, y aunque se ayude a los demás y se repela sus problemas sin esperar nada a cambio, pero a la naturaleza del ser humano le agrada la gratitud. Es por ello que la mayoría de la gente se abstiene de ayudar a las personas que no agradecen. Por el contrario, las personas agradecidas siempre son ayudadas y son objeto del favor y bondad de los demás.

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 (18)
Lo que hay que abandonar

En una conclusión basada en los numerosos dichos de los Imames Infalibles (P) encontramos varios asuntos como factores de pobreza e indigencia:

. Menospreciar la oración (as-salât).
. Ser irrespetuosos con los padres.
. Llamar a los padres por sus nombres o de una manera irrespetuosa.
. Adelantarse a las personas mayores y ancianos.
. Maldecir e insultar a los hijos.
. Ser desorganizados en los asuntos económicos de la vida.
. Jurar en vano.
. La avidez.
. Escuchar música ilícita.
. Acostumbrarse a mentir.
. Manifestar la pobreza.
. Apresurarse al salir de la mezquita.
. Dormir mucho.
. Dormir desnudo.
. Dejar los recipientes sucios sin lavar.
. Arrojar los restos de pan.
. Limpiarse los dientes con cualquier palillo.
. Comerse las uñas.
. Peinarse con un peine roto.
. La avaricia.
. El derroche.
. Comer o beber en estado de polución.
. Que haya telas de araña en la casa o en el lugar de trabajo.
. Dejar la basura dentro de la casa.
. Dormir a la hora de la puesta del sol (magrib).
. Dormir entre el alba y la salida del sol.
. Sentarse en la puerta de la casa.
. Beber o comer de un recipiente roto.
. Secarse el rostro o las manos con las mangas o falda de la ropa.
. Barrer la casa de noche.
. Dejar el recipiente de comida o bebida sin tapar.
. Abandonar la súplica para la madre y el padre –ya sea que estén vivos o muertos.
. Ser mezquinos con la familia en lo relacionado a la comida y la vestimenta.
. La pereza y la vagancia.
. Ser negligentes y desatentos en lo referente a los asuntos religiosos y mundanos.




Notas:

[1] Sûra Ash-Shûrâ; 42: 30.
[2] Yâmi’-ul Ajbâr, capítulo: La Virtud de las Oraciones Diarias.
[3] Este hadîz fue transmitido por el Shaij Sadûq en “Zauâb-ul A‘mâl”.
[4] Usûl Al-Kâfî, T. 2, hadiz nº 3347.
[5] Usûl Al-Kâfî, Capítulo de la Súplica, hadiz nº 3349.
[6] Usûl Al-Kâfî, Capítulo de la Súplica, hadiz nº 3350.
[7] Usûl Al-Kâfî; Capítulo de la Súplica, hadîz nº 3352.
[8] Usûl Al-Kâfî; T. 2, hadîz nº 3353.
[9] Usûl Al-Kâfî; Capítulo de la Súplica, hadîz nº 3362.
[10] Usûl Al-Kâfî; Capítulo de la Súplica, hadîz nº 3370.
[11] Usûl Al-Kâfî; T. 2, hadîz nº 3371.
[12] Makârim-ul Ajlâk; Capítulo 10, p. 333.

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